La fuerza no se negocia
5 nov 2024
Hasta hace algunas décadas, las salas de musculación de los gimnasios eran territorio fundamentalmente de los aficionados a los fierros y los atletas. Porque entrenar la fuerza se asociaba principalmente con la ganancia de masa muscular. Pero en la actualidad, cada vez son más las personas que se animan a entrenar esta capacidad física, que es clave para mejorar la salud desde la niñez hasta la adultez y que va mucho más allá de la estética.
La fuerza, considerada como la capacidad de un músculo o grupo muscular para ejercer tensión contra una resistencia, es esencial no solo para realizar actividades deportivas, sino también para las tareas de la vida cotidiana. Desde levantar una caja pesada o aupar a un niño, hasta mantener una buena postura, la fuerza es la base sobre la que se construyen otras capacidades físicas, como la resistencia, la potencia y la velocidad.
Es que cualquier movimiento necesita de un mínimo de fuerza. Y, a medida que nuestras vidas se vuelven más sedentarias, se torna más necesario optimizar esta capacidad.
Cuando hablamos de ejercitar la fuerza nos referimos al tipo de entrenamiento anaeróbico que consume fundamentalmente fosfocreatina y glucógeno.
¿Cuáles son los beneficios de entrenar la fuerza?
Si bien las ventajas son varias, compartimos algunas de las más importantes, con mayor evidencia científica:
Mejora de la composición corporal: ejercitar la fuerza favorece el aumento de la masa muscular y la pérdida de grasa corporal. Esto contribuye a un metabolismo más eficiente en reposo.
Previene lesiones: Fortalecer músculos y articulaciones mejora la estabilidad y disminuye el riesgo de lesiones.
Mejora tu técnica y postura: Entrenar la fuerza es aprender patrones de movimiento mediante una adaptación anatómica que favorece nuestra conciencia corporal. Y tener una buena técnica en los ejercicios es clave para poder aumentar la intensidad y optimizar resultados.
Beneficia tu salud ósea: El entrenamiento de fuerza estimula la densidad ósea, previniendo enfermedades como la osteoporosis.
Vivir más y mejor: Además de colaborar en la longevidad, ejercitar la fuerza mejora la calidad de vida. Cuanto más fuerte seas, más accesible será para ti realizar tareas como subir escaleras o levantar objetos, por ejemplo.
Beneficios psicológicos: El ejercicio de fuerza está asociado con la reducción de síntomas de ansiedad y depresión, mejorando así el bienestar mental y emocional. Por otro lado, entrenar la fuerza fortalecerá tu autopercepción corporal y autoestima.
Buscá la modalidad que mejor se adapte a vos
El entrenamiento de fuerza no se limita a levantamientos de pesas o el uso de máquinas. Dado que la fuerza se manifiesta con los músculos venciendo una resistencia externa, puede entrenarse con nuestro propio peso en relación al suelo y la gravedad, con ejercicios como las flexiones, sentadillas, planchas y estocadas, por ejemplo. Esta versatilidad hace que sea accesible para todos, independientemente del nivel de condición física.
Conclusión
Si buscás invertir en tu salud y calidad de vida: tenés que trabajar en tu fuerza. No existe un buen plan de entrenamiento que no considere esta capacidad. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda ejercitarla al menos dos veces por semana.
Ser más fuertes nos permite vivir de manera más plena, segura y activa.
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Alumna certificada de la academia.